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El Palacio de Bellas Artes cumple 69 años como ícono cultural y arquitectónico dominicano
Palacio Nacional de Bellas Artes / Fuente externa
Santo Domingo. – El Palacio de Bellas Artes cumple, este 15 de mayo, 69 años de inauguración, consolidado como uno de los espacios arquitectónicos más emblemáticos para el arte y la cultura de la República Dominicana.
Desde su apertura en 1956, la edificación ha sido símbolo de creación, formación y difusión artística, y sede de las principales instituciones de la Dirección General de Bellas Artes.
Concebido originalmente para albergar la Dirección General de Bellas Artes (DGBA), sus compañías, escuelas, la Galería Nacional y una sala de espectáculos donde mostrar el talento artístico del país, el Palacio fue incluido dentro del Plan Bienal de Construcciones Escolares (1950–1952).
Su apertura marcó el inicio de “una etapa de grandes realizaciones artísticas, un verdadero movimiento de creación, difusión y animación culturales”, según escribió la crítica de arte Myrna Guerrero en su libro El Palacio de Bellas Artes, 1956-2008.
Diseñado por el joven estudiante de arquitectura Francisco Manuel Batista Bisonó –“Cuqui” Batista–, quien presentó dos propuestas, se eligió la de estilo neoclásico griego, inspirada en el templo de Apolo en Delfos. La construcción comenzó en 1952 bajo la firma Ingenieros Asociados, Sociedad Civil, presidida por el ingeniero Bienvenido Martínez Brea, en un terreno de 24,700 metros cuadrados en la avenida Independencia esquina Máximo Gómez. La edificación, de 13,375 m² y totalmente construida en hormigón armado, fue inaugurada el 15 de mayo de 1956 con un costo total de RD$1,555,000.00.
La monumental estructura cuenta con una planta simétrica, cuatro fachadas con escalinatas y columnas dóricas, y una imponente cúpula central. Originalmente, al pie de cada entrada se alzaban esculturas heroicas de Antonio Prats Ventós, representando símbolos del arte y la ciencia, que fueron sustituidas en 1969. El diseño antisísmico del edificio, afianzado en roca viva y revestido en una mezcla especial de cemento sin color y arena de Boca Chica, le confiere una estética distintiva. Los interiores fueron decorados por la firma española Loscertales S. A., bajo una combinación de influencias griegas y romanas.